Desde el Vélib de París al Bicing en Barcelona: así se puede recorrer en bicicleta a Europa

Budapest (foto, Hungría) también hace parte de las capitales europeas que pueden recorrerse en este medio de transporte.

Estos vehículos se han convertido en un medio de transporte de alquiler temporal que han invadido decenas de ciudades europeas. Y los turistas se han beneficiado.

París estrenó el sistema hace tres años (luego del éxito que tuvo en las ciudades de Rennes y Lyon, entre otras) y lo convirtió en el proyecto más grande y deslumbrante de este tipo en todo el mundo.

Así, por apenas un euro el día, cinco euros la semana o comprando un abono de un año (29 euros), se pueden usar las bicicletas que el municipio parisino denominó Vélib (combinación del francés vélo -bicicleta-, y liberté -libertad-).

Son casi 20.000 bicicletas repartidas en 1.500 estaciones, una cada 300 metros, pues la idea es poder tomarlas en un sitio y devolverlas en otro. Para alquilar hay que introducir una tarjeta de crédito en una suerte de parquímetro y seguir los pasos de la pantalla hasta obtener el tiquete (se retienen 150 euros de depósito para garantizar la devolución de la bicicleta).

Pioneros en una idea sana
Los países escandinavos son pioneros en los sistemas de alquiler de bicicletas, que, más allá de la recreación, constituyen un medio de transporte habitual para los locales. En Oslo (Noruega), por ejemplo, se puede usar una por apenas nueve euros cada temporada (de abril a octubre), mientras que en Estocolmo (Suecia) el alquiler vale 22 euros anuales.

En Dinamarca, donde hay 4 millones de bicicletas para 5 millones de habitantes, la alcaldía de Copenhague financia desde 1995 el alquiler de estos vehículos. Fue esa misma alcaldía la que empezó distribuyendo viejas bicicletas por la ciudad para que la gente las utilizara gratuitamente, hace casi 20 años.

Pero fue Holanda, si de elegir un país se trata, la gran precursora en materia de bicimanía. Aun quienes no son fanáticos del pedaleo encontrarán que Amsterdam posee todas las facilidades para moverse sobre dos ruedas, desde parqueaderos de bicicletas hasta trenes adaptados para viajar con ellas, pasando por kilómetros y kilómetros de ciclorrutas.

Tal ha sido el auge de esta tendencia, que frente a la estación ferroviaria de esa ciudad existe desde hace años un estacionamiento de varios pisos para ciclistas, con cantidades de bicicletas disponibles para los turistas.

De otro lado, en Alemania y Austria los abonados al sistema de alquiler reciben un mensaje de texto con un código que les permite destrabar las bicicletas de sus columnas electrónicas.

España es otro de los países que han adoptado el sistema en forma extendida: nada menos que 75 ciudades, pueblos y pueblitos se han sumado a la propuesta en los últimos tres años. La moda de la bicicleta de alquiler entró a España por Barcelona, en el 2007, a través del sistema Bicing. Sin embargo, son Zaragoza (con Bizi) y Sevilla (Sevici) las ciudades donde más éxito ha tenido la iniciativa.

Según publicó recientemente un diario de Zaragoza, "los zaragozanos han recorrido en Bizi más de 5'500.000 kilómetros desde mayo del 2008, cuando el sistema fue inaugurado. Eso equivale a 137 vueltas a la Tierra o a más de 14 viajes a la Luna".

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